Viernes 1 de Agosto de 2003. Los incendios asolan Portugal y los dirigentes españoles no le prestan mucha atención a lo que sucede en el país vecino. Sólo el Infoex (Plan contra incendios de la Junta de Extremadura) pone en marcha un plan de emergencia para ayudar al país vecino. Todavía se veía lejana la situación de Portugal y muchos pensaban que a nosotros no nos podía tocar porque estaba muy lejos. El fuego demostraría más tarde que no entiende de fronteras.
A las 21:30 del Viernes 1 de Agosto, un equipo de emergencias del Infoex , con base en Valencia de Alcántara, regresa por la carretera N-521 de ayudar a combatir las llamas con los vecinos portugueses. "Íbamos por la carretera y ví caer un rayo a lo lejos", recuerda Enriqueta Abril Raymundo, coordinadora de zona del plan contra incendios. Una tormenta seca caía sobre la zona en ese momento. Varios rayos causan siete focos de incendio. Dos vehículos de bomberos forestales con 20 hombres cada uno acuden a la zona esa noche. Dos de los siete fuegos cogen fuerza, en Alcorneo y San Vicente de Alcántara. Los retenes de bomberos intentan extinguir los focos, pero el viento cambiante y acuciante que hace de fuelle a más de 30 Km/h tornan la situación en muy peligrosa Javier López Iniesta, ex-alcalde de Valencia de Alcántara, terminó su mandato en las elecciones de Mayo y ahora es el Consejero de Desarrollo Rural y el mayor responsable contra incendios de la zona. Esa noche decidió acudir a la zona de los focos del incendio. "Fui con mi coche por los distintos focos y la cosa parecía tranquila", recuerda. El Sábado 2 de Agosto por la mañana, se unen a las tareas de extición dos hidroaviones cuatro helicópteros con el "Bambi" (Cesta para recoger agua y lanzarla para extinguir el fuego). El calor empezaba a ser asfixiante por las altas temperaturas que se empezaban a registrar en los termómetros. Era la primera vez que la Junta de Extremadura daba una alerta meteorológica por altas temperaturas. En Valencia de Alcántara y sus alrededores, las temperaturas superaron los 30º a la sombra durante todo el día.
El humo de los focos que continúan activos en los pueblos de alrededor y los que asolan Portugal (Ej- Castelo Branco), hacen que el calor reinante sea mucho mayor y la sensación de asfixia aumente creando el "efecto invernadero". El humo mantenía la zona en penumbra y los rayos de sol que lo atravesaban quedaban atrapados al no poder salir de nuevo a la atmósfera por la refracción de esos rayos en el suelo. Las temperaturas, por su parte, superaban los 40º al Sol debido a esta circunstancia. Se estaban dando las características más adecuadas para que un incendio devastador arrasara la zona.
A las 18:00 de la tarde del Sábado, la terraza del Asador de Jola estaba llena de gente. Manuel Piris, el dueño, abrió el asador sólo unos meses atrás debido al auge del turismo rural que estaba despegando en la zona. Jola es un caserío de alrededor de 50 habitantes situado en un valle rodeado de pinos. "Sobre las seis de la tarde empezamos a ver el fuego de Portugal por encima de la cresta de la montaña", comenta Manuel Piris. A las 23:30 de la noche llamó al capitán de la Guardia Civil; "Me dijo que no me preocupara, que el incendio estaba a 3 Km. de la frontera. Le tuve que insistir en que lo veía delante de mí". "A las 22:00 horas el fuego se encontraba a 10 Km. de la frontera y en una hora y media se había plantado en España", relata Javier López Iniesta.
A las 00:05 el fuego entra en España por el valle de Jola y La Rabaza. Ardían 13 Km. de frontera por tres sitios distintos. Los retenes de bomberos intentaban mientras apagar los otros dos focos de Alcorneo y San Vicente de Alcántara. (--> Sigue en Crónica 2)
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