En su conquista de España, los romanos sometieron a los nativos de la zona (mayoritariamente lusitanos), esclavizándolos o asesinándolos, asentándose entonces en la plaza de "Valentia Lusitana" (que ya existía y, pese a malas interpretaciones, era la misma que ahora, y que hace 2.150 años que está en ese lugar, sin variar su nombre principal, "Valencia"). Debido a esta resistencia, según palabras del historiador romano Tito Livio, empujó la decisión del procónsul Décimo Junio Bruto a ceder a los pastores-soldados del asesinado Viriato unas tierras y un oppidum (del latín n. oppidum, pl. oppida: lugar elevado, fortificación) en los que establecerse de forma sedentaria y controlada, dándole a dicho asentamiento el nombre de Valentia. Objeto de una importante controversia historiográfica hoy parece aceptado por la comunidad científica que este asentamiento, posiblemente de origen pre-romano coincide con el actual núcleo de Valencia de Alcántara o sus proximidades.

Aunque no hay ninguna fuente epigráfica que de momento de notoriedad a este asentamiento romano de manera oficial, se puede llegar a la conclusión de que sí existió un asentamiento en toda regla, no sólo por la descripción geográfica que ofrecen las fuentes clásicas, sino también por los importantes y numerosos restos romanos hallados en la localidad, entre los cuales destacan "El Acueducto Romano" (Calleja de La Barca, Hm. 1 de la carretera vecinal a San Pedro de los Majarretes, a 1,5 Km. de la villa de Valencia de Alcántara). Construido en la primera mitad del siglo I para traer el agua desde el caserío mencionado hasta la villa. Es la obra pública más importante de las realizadas en el término municipal de Valencia de Alcántara, durante la colonización romana. También el Puente de Abajo o "Puente de Piedra". Se atribuye su construcción a lo romanos, en el siglo I también. Por debajo de éste pasa la rivera de Avíd, que baña con sus aguas parte de la campiña y a la propia localidad. Algunas de estas obras junto a una red de calzadas secundarias son fácilmente encuadrables en la explosión urbana del siglo I d.c. y difíciles de entender sin un núcleo urbano o al menos semiurbano que lo justificase.

Tambien se han hallado varios restos romanos, como Aras Votivas, capiteles de mármol, monedas, mosaicos, etc., algunos monumentos desaparecidos de los que se tiene constancia como la fuente de "La Dehesa" y "La Puente Caída", sobre el arroyo Alpotrel.

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